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Hoyo de Manzanares, el devenir de la vida alrededor de la piedra

Hoyo de Manzanares

El término municipal de Hoyo de Manzanares se encuentra en su integridad incluido en el Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares y el área de influencia del Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama. Este hecho le confiere un excepcional valor natural, con abundantes especies animales y vegetales. Hoyo, a solo 35 kilómetros de Madrid, dispone también de interesantes muestras de patrimonio y tradiciones arraigadas

Ayuntamiento:

Plaza Mayor, s/n
28240 Hoyo de Manzanares
Tel.: 91 856 60 46 / Fax: 91 856 99 93
www.hoyodemanzanares.es
Correo electrónico: ayto@hoyomanzanares.es

Oficina de turismo:

Plaza Mayor, 1.
28240 Hoyo de Manzanares
Tel.: 91 279 53 12 / 663 97 87 93
Horario: todos los días de 11.00 a 14.30 h (excepto jueves)

Historia

A priori, se puede asegurar que el Municipio de Hoyo de Manzanares estaría ocupado desde épocas muy remotas a través de sendas naturales y las inmediaciones de los cursos de agua de sus arroyos, para escoger lugares estratégicos de ocupación.

Los vestigios arqueológicos encontrados durante el periodo Postpaleolítico en las áreas de la Sierra de Madrid parecen evidenciar una paulatina ocupación durante este momento de mejora climática. Es sobre todo a partir del periodo Neolítico en el que los asentamientos van haciéndose más estables, predominando en esta área la economía de tipo ganadera y en menor medida la agrícola. Durante el megalitismo las evidencias arqueológicas van siendo más llamativas debido al registro dejado por las grandes piedras talladas que formarían parte de sus manifestaciones espirituales. Posteriormente, con la cultura celtíbera carpetana la tecnología va modificándose para hacerse más especializada. Es, sin duda, con la cultura romana, establecida en toda Hispania, con la que el panorama organizativo social sufrió un mayor cambio. Se piensa que el municipio de Hoyo de Manzanares, como núcleo rural en el mundo Tardorromano cumpliría una función económica de tipo ganadera, minera, agrícola, entre otras, con diversas especializaciones, como en el terreno de la cantería. Además, su situación geográfica, como zona de paso entre importantes núcleos de población de época medieval, la haría visitable entre los viajeros que transitaran por sus caminos. Las evidencias de esta época son escasas pero prometedoras. Con la llegada de los visigodos comenzó un régimen de feudalismo que fue un rasgo distintivo de toda la Edad Media.

Recientes hallazgos arqueológicos parecen confirmar la hipótesis de un temprano poblamiento rural estable en el Municipio de Hoyo de Manzanares, posiblemente de época romana. El estudio arqueohistórico ha desvelado la existencia de una Necrópolis de origen Tardorromano, Hispanovisigodo y Medieval que está siendo estudiada en un área del Parque Municipal de la Cabilda, con dos principales tipos de tumbas, sarcófagos en granito tipo bañera de orientación E-W y otra en cista con orientación N-S. Además, han sido hallados otros vestigios arqueológicos de gran importancia, como un tramo de vía romana secundaria, desaparecida en el tiempo y zonas reservadas a actividades de tipo agrícola. Durante la Edad Media, con la dominación musulmana, el municipio se ocupó con fines de defensa territorial, dependiente de Magerit (Madrid), construyéndose dos atalayas o torres de observación en el Municipio de Hoyo de Manzanares.

La fundación definitiva de la población fue en 1636. De su nombre se sabe que, en sus orígenes, el municipio era conocido como “El Oyo de Manzanares” y que, siglos después, aproximadamente en el año 1787, pasó a denominarse como en la actualidad, “El Hoyo de Manzanares”, con la “h” incorporada.

Acerca de la historia posterior a su fundación, se conoce que Hoyo de Manzanares, al igual que los pueblos de la región, fue objeto de numerosas disputas territoriales entre segovianos y madrileños por ver quién se quedaba con su potestad. Las disputas duraron siglos y tuvieron importantes monarcas como protagonistas, entre otros: Alfonso VII, Alfonso VIII, Fernando III… así hasta llegar al más importante: Alfonso X El Sabio. A él se le considera como al más importante porque fue el encargado de fundar lo que se conoce como el Real de Manzanares, una agrupación de municipios de la zona de la Sierra del Guadarrama. Esta agrupación tenía como objetivo finalizar con los continuos enfrentamientos entre segovianos y madrileños.

A pesar de la idea de Alfonso X El Sabio, las disputas continuaron sucediéndose y otros reyes fueron también encargados de rellenar partes de la historia de Hoyo de Manzanares. Así, Sancho IV devolvió en 1287 las tierras a Segovia y, posteriormente, Juan I cedió en 1383 las tierras a la familia Hurtado de Mendoza, adscrita a la Casa Ducal de Guadalajara.

En el siglo XV, Hoyo de Manzanares quedó integrado en los bosques y montes de El Pardo como vedado de caza y se convirtió en la zona favorita para las cacerías reales. Este hecho supuso una reducción de la actividad ganadera y agrícola, actividades económicas principales de la época, y una consecuente crispación de la población. El motivo de sus quejas: las cacerías y los animales de caza destrozaban los bosques y las zonas agrícolas e impedían que el sector de la agricultura se desarrollara con normalidad.

De nuevo, en el periodo que comprenden los siglos XVI al XVIII se volvió a producir un vacío documental. Las guerras carlistas ocasionaron la destrucción de los documentos cuando las tropas de Carlos de Austria invadieron Madrid y ocuparon y saquearon los pueblos de la Sierra de Madrid. A pesar de esto, se ha podido constatar que en el siglo XVII se concluyeron las obras de la Iglesia de Nuestra Señora del Rosario, iniciadas en el siglo XV. Asimismo, también se sabe que en este período, concretamente en 1636, Hoyo de Manzanares recibió el título de villa. Desde entonces, la localidad quedó independizada jurisdiccionalmente de El Real de Manzanares, al que hasta entonces pertenecía. Aun así, siguió perteneciendo a los Mendoza.

Los primeros datos socioeconómicos de la villa se conocen extraídos del Catastro del Marqués de la Ensenada de 1752. De él se extrae que Hoyo de Manzanares era una población de señorío, perteneciente a la duquesa del Infantado, a la que correspondía el derecho de alcabalas, martinega, el nombramiento de justicia y oficial mayor, además del derecho de mostrenco y penas de cámara. También, en el documento aparece que la población estaba compuesta por 70 vecinos a mediados de siglo y que, ya en la segunda mitad, el dato era de 400 vecinos en 1789. Esto se debió a la baja mortalidad adulta e infantil de la localidad y a la alta calidad de vida que ofrecía el entorno de Hoyo de Manzanares y sus importantes recursos naturales. De hecho, varios documentos de la época hacen referencia a la calidad del medio físico de la villa debido fundamentalmente al clima, la altura y el alejamiento de ríos y pantanos que propagaran enfermedades.

En cuanto a las actividades económicas de la época, el transporte de la leña y la piedra que se generaban en la villa eran la principal forma de vida. Su principal mercado abastecido era Madrid ya que la ciudad necesitaba la leña para la calefacción y la piedra como material en actividades de construcción y pavimentado.

Un siglo más tarde, en el XIX, la actividad económica de Hoyo de Manzanares seguía centrándose en la venta de madera y de piedra berroqueña a Madrid, aunque se complementaba esta actividad con la agricultura, fundamentalmente con la producción de cereales. En esa época la comunicación con Madrid y Colmenar Viejo se realizaba mediante caballerías.

Durante el siglo XIX, se produjo una desamortización civil que ocasionó un importante impacto social en Hoyo de Manzanares debido a que fue uno de los municipios con mayor superficie vendida a manos privadas. Las nuevas tierras fueron en su mayoría convertidas en grandes fincas destinadas al divertimiento y a las actividades de caza.

Ya en el siglo XX tuvo una gran repercusión en la localidad el asentamiento, al norte del municipio, de la Academia Militar de Ingenieros del Ejército de Tierra ya que ocasionó que la población experimentara un notable crecimiento a partir de 1947. La rectificación patronal de 1955 registra 2.165 habitantes de hecho, con un índice de crecimiento del 500 por ciento con respecto a 1900.

La catalogación de Hoyo de Manzanares como “Municipio sano” no sólo ha hecho que personalidades famosas hayan visitado la población, atraídas por su sanatorio, sino que también ha ayudado a que la localidad crezca en lo que a turismo se refiere. Así, hoy la localidad es una villa cuya población continúa aumentando gracias a la llegada de nuevos vecinos a las urbanizaciones de nueva construcción: Hoyo llega a alcanzar los 20.000 habitantes en los periodos vacacionales.

Cultura

La variedad es protagonista en el arte que puebla las calles de Hoyo de Manzanares. Iglesias, monumentos a historias pasadas, un Ayuntamiento que envidiar… todo esto y muchas cosas más decoran, con estilo, los rincones de la localidad.

Antigua Iglesia Parroquial de Nuestra Señora del Rosario

Plaza de la Caldereta.

Comenzó a construirse en el siglo XV y no se concluyó hasta el XVIII. A lo largo de su historia, el edificio de piedra de granito tuvo que soportar numerosas rehabilitaciones. La última fue la que lo convirtió en lo que es ahora: un Centro Cultural y Social. Para ello, hubo que modificar el arco del escenario para que la nave central se transformara en un salón de actos con capacidad para 150 personas.

Lo que todavía sigue utilizándose para actos religiosos es la capilla, dedicada a la Patrona de la Villa, la Virgen de la Encina, y situada en uno de los brazos del crucero.

 

Ayuntamiento

Plaza Mayor, s/n.

Situado en la Plaza Mayor, plaza porticada típica castellana, construida íntegramente en granito. El ayuntamiento es el edificio más emblemático, de dos plantas, en el que destaca su torre descentrada adornada con pináculos y bolas así como el reloj y el escudo de la villa.

Fuente del Caño

Situado en la Plaza Mayor, plaza porticada típica castellana, construida íntegramente en granito. El ayuntamiento es el edificio más emblemático, de dos plantas, en el que destaca su torre descentrada adornada con pináculos y bolas así como el reloj y el escudo de la villa.

Monumento a los canteros

Plaza Cervantes, s/n.

Es un homenaje a la actividad de la cantería ya que hasta aproximadamente 1960 era una de las principales formas de vida de los habitantes de Hoyo de Manzanares. Está formado por un pequeño obelisco coronado con el escudo del pueblo y una placa conmemorativa.

Parroquia de Nuestra Señora del Rosario

Paseo Mayor s/n.

Iglesia parroquial de construcción reciente ya que su ubicación anterior -la Antigua Iglesia Parroquial Nuestra Señora del Rosario- es empleada, en parte, como centro cultural.

Plaza de la Caldereta

Es una plaza irregular en la que destaca un bloque de piedra en cuya parte superior se encuentra un caldero de cocina que representa la Caldereta, evento muy destacado en las fiestas de Hoyo de Manzanares. Da acceso al conjunto de edificios del Ayuntamiento de Hoyo de Manzanares.

Yacimiento arqueológico La Cabilda

Camino del cementerio, 11.

Los trabajos que se están realizando en el yacimiento arqueológico La Cabilda han sacado a la luz un núcleo de población de tipo aldeano fechado entre los siglos VII y VIII d.C., de forma que se han remontado seis siglos hacia atrás los orígenes del poblamiento en el territorio, que se iniciaría en la época visigoda.
Se han encontrado estructuras de granito que estuvieron cubiertas con tejas y en cuyo interior existen restos de hogares en los que se encendía el fuego que les permitía cocinar y calentarse. Los objetos que se han recuperado aportan información sobre las diferentes actividades que realizaban estos primeros pobladores. Cuchillos, morteros, molinos de mano, cardadores de lana o husos son algunos de los utensilios descubiertos junto a otros objetos que se pueden relacionar con actividades más complejas de tipo comercial como pesas o lingotes de hierro.

Fiestas y tradiciones

Tradición, pero actualizada. Así son las fiestas de Hoyo de Manzanares. La mayoría en honor a vírgenes y santos patronos pero salpicadas de interesantes actos: comidas populares, festejos taurinos y, sobre todo, mucho baile. Además, las noches de verano también son una fiesta gracias a los actos que se organizan en la localidad.

  • Fiestas de la Virgen de la Encina: Su día grande es el 8 de septiembre y en él se celebra una Procesión seguida de una exhibición de juegos tradicionales.Los días anteriores y posteriores tienen lugar numerosas novilladas, torneos deportivos, fuegos artificiales, verbenas populares y actos culturales.Durante las fiestas destaca, también, la Caldereta, en la que se degustan más de 1.000 kilos de carne de toro de lidia.
  • Romería:  Esta romería tiene lugar a principios de octubre y es una Procesión que se organiza en honor a la Virgen del Rosario.Una vez que ésta se lleva a cabo, se organiza una comida campera en el Parque Municipal de La Cabilda.

Naturaleza

 

En Hoyo de Manzanares se puede disfrutar de una variada flora y fauna. Su vegetación está formada, en su mayor parte, por bosques, aunque en algunas zonas se encuentran matorrales y pastizales. Su fauna está compuesta básicamente por aves. Toda la superficie de Hoyo de Manzanares está dentro del Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares, he aquí el gran valor paisajístico y natural de la localidad.

Parque y area recreativa de La Cabilda

Ctra. M-618

Es una extensa zona de encinar con gran diversidad de especies animales y vegetales. Los habitantes de Hoyo de Manzanares acuden allí para disfrutar de la naturaleza, descansar y, también, en fechas tan señaladas como la Romería de la Virgen del Rosario.

Dispone de columpios, papeleras, barbacoas y bancos y mesas de madera con asientos. Desde el área se pueden apreciar especies de encinas y alcornoques así como de aves y reptiles.

Área recreativa El Berzalejo

El pinar que constituye el área recreativa de El Berzalejo se localiza frente al Alto del Berzalejo, accediéndose al mismo por la carretera M-618. Este pinar dispone de mesas y papeleras y desde el mismo se disfruta de una vista extraordinaria de los Picazos, la Sierra de El Estepar y Matalasgrajas. Además, una visita a esta área de recreo puede posibilitar la observación de distintos tipos de reptiles y aves.